25 enero 2020

CANTO YO Y LA MONTAÑA BAILA

IRENE SOLÀ

Como sé que muchas personas no leen mis reseñas y simplemente le dan al like (totalmente legítimo, no vamos a obligar a nadie a salir de su zona de confort) quiero dejar por escrito una frase por si suena la campana y las primeras líneas son las únicas que sí repasan: COMPRAD ESTE LIBRO PORQUE ES UNA ABSOLUTA MARAVILLA.

Dicho esto, ahí va:

Compré “Canto yo y la montaña baila” en una tienda de segunda mano y me costó 2€ (flipé y no dudé: en ese orden). La cuestión es que normalmente leo en castellano porque es como más cómoda me siento. Sin embargo, creo que, como catalana que soy, tengo que prometerme a mí misma que en un futuro voy a leer la historia de Irene Solà en su lengua original, pues todas las referencias a los pueblos de los Pirineos, las canciones tradicionales, los nombres de los personajes, las leyendas, la comida,… me han producido un sentimiento muy íntimo, muy familiar, muy de estar por casa.

Cada capítulo es una voz. Un pensamiento. Un roce. No cualquier roce. No cualquier pensamiento. No cualquier voz.

Irene escoge a las mejores: a las que ya no están, a las que sí pero les falta algo, a las que no hablan, a las que hablan demasiado, a las almas libres, a la naturaleza, a todos aquellos que susurran y creen conocer el ciclo de la vida.

Y todas ellas, todas estas voces, hablan del tiempo, del miedo, del silencio, de lo horroroso que es a veces sobrevivir.

Y lo que conocemos de ellas no es bello, o sí. Es duro, es lacerante, impactante. Qué más da: es vital para entender el sentido de este entrecruce.

En este libro, al principio, nada tiene sentido. Luego, nada tiene sentido pero todo se entiende. Como nuestro día a día: a veces andamos mirándonos los zapatos y sin mirar lo que tenemos delante. Pero seguimos andando porque es lo único que sabemos hacer bien y porque sabemos que es la única forma de llegar a cualquier sitio. Aunque ese no sea el sitio que nos pertenezca.

En fin. Me reitero con lo que había dicho para aquellos que solo leyeron la primera frase de esta reseña: este libro ha cambiado algo de mí, algo en mí. No sé cómo explicarlo, pero leerlo ha sido una de las mejores cosas que he hecho este 2020.