He aprendido que las expectativas no son buenas y que tener un libro en espera mientras lees mil críticas sobre él tampoco.
“El club de los mentirosos” es una gran novela, de eso no cabe duda. Mary Karr desarrolló un nuevo género biográfico dentro del campo literario. Fue una pionera. Contar cómo de dura ha sido tu vida, explicar cómo de desestructurada está tu familia y todo lo que de pequeña te han hecho sufrir (ellos y otros) no se hace de un día para otro. Se necesitan muchos meses de reposo, muchas semanas de asimilación. Tiene mérito.
Tendría que haber empezado con ella y dejar a un lado todos los autores y las autores que han intentado hacer lo mismo. Tendría que haberlo hecho para no sentirme ahora tan vacía. Me da la sensación de que he leído una muy buena autobiografía, pero que, pese a la crudeza de los acontecimientos que se narran, yo me he quedado un poco inerte. Episodios que suceden muy rápido, otros que se cuentan muy lentamente; a veces mucha introspección, otras no tanto; un lenguaje muy adecuado en todo momento, de vez en cuando mucha vertiginosidad (no puedo hacer spoilers, pero quien quiera hablar de eso, ya sabéis donde encontrarme). Eso sí: la tercera parte que abarca el final de la obra me ha encantado. Ella se conoce y empieza a ser consciente de lo que la rodea. Es como si todo lo que está descrito a partir de entonces lo escribiera otra persona. Una adulta en el cuerpo de una niña quizá.
Probablemente esta impresión que me he llevado del libro, como ya he dicho, viene dada por los libros que he leído últimamente: “Nada se opone a la noche”, “Una educación”, “El año del pensamiento mágico”… Biografías de autoras impresionantes cuya trama es capaz de superar todas tus expectativas.
El listón es el listón. Ni yo misma llego (y eso que lo he creado yo).