“¿Por qué una adolescente de catorce años no podría amar a un hombre treinta años mayor que ella? Cien veces había dado vueltas mentalmente a esta pregunta. Sin darme cuenta de que estaba mal planteada, desde el principio. Lo que había que cuestionar no era mi atracción, sino la suya.”
Consentir involuntariamente. Consentir que te presionen. Consentir que tu corazón sea más fuerte que tu razón. Consentir que te miren, que te digan, que te dejes.
Vanessa Springora consintió que un hombre entrara en su vida cuando ella apenas tenía trece años. Y consintió que el amor tocara a su puerta. Y normalizó la situación. Imaginó que él también la quería; que serían felices para siempre; que eran los de su alrededor los que no eran justos y eran incapaces de aceptarlo. Consintió que su familia lo consintiera; que sus amigos lo aprobaran y que su papel de víctima no fuera tal.
Se convirtió en una chica que creía ser amada por un hombre mayor que ella. Se equivocó.
Y de esa equivocación nace este libro. Esta joya. Este consentimiento, años después. La reflexión de una mujer ya mayor que observa a su adolescente del pasado. Y lo hace sin vergüenza y sin tapujos: te lo cuenta de manera fácil, rápida, yendo al grano. Porque ¿para qué irnos por las ramas? Esta es su vida. Su testimonio. Le ha dado muchas vueltas a lo largo de los años como para no contarlo.
Demasiado ha sufrido. Demasiado ha pensado. Demasiado se ha arrepentido. Demasiado ha tardado.
Una pena hecha maravilla. ¿Me permitís la discreción?