Antes de empezar a leer este libro tienes que saber una cosa: es el libro más difícil de escribir que habrás leído jamás. Porque quien lo escribe no sabe escribir”.
Hace unos años, Olivia sufrió un ataque epiléptico. Al despertar, los médicos le dijeron que tenía un tigre acechándola en su cabeza. Era un tigre muy peligroso; una malformación en el cerebro. Debía tomar una decisión muy importante: operarse (con muchos riesgos) o convivir con el tigre. Madre de dos niños, esposa y trabajadora a tiempo parcial, Olivia decidió operarse. Cuando despertó, descubrió que el tigre no había desaparecido y que, en el poco tiempo que había durado la operación, le había causado un ictus y había arrasado con una parte muy importante de su cerebro: el lenguaje.
A Olivia le diagnosticaron afasia. La afasia es un trastorno comunicativo causado por un fallo cerebral. De repente, se vio inmersa en un mundo de rehabilitación y de adaptación insólito. Tuvo que aprender a hablar de nuevo, a escribir de nuevo. Tuvo que formarse como un nuevo ser humano. Tuvo que aprender a construir oraciones, a terminarlas, a saber cómo pedir un cortado caliente. Tuvo que ser fuerte. Seguir adelante.
El libro está repleto de vivencias, de conversaciones con médicos, con familiares y con amigos. Está lleno de ejercicios ortográficos, mentales, lingüísticos. Aparecen también páginas de su diario personal, copias de dibujos y una infinidad de palabras. Es como una pequeña grande obra de superación. De supervivencia. Todo en sí es precioso, aunque no apto para gente sensible.