“STILL LIFE, LA VIDA quieta como tú y yo pasando la mañana en la cama, eres como una naturaleza muerta, la quietud de la vida palpitando y, mientras te duermes, te conviertes para mí en un objeto
no haré de ti retrato sino bodegón, disposición ordenada de cosas en pausa, la quietud de la vida mientras intento retenerte en un gesto” -
Este poemario ha sido un golpe tan suave de ternura que, escriba lo que escriba, me suena a melodía. Mire lo que mire me siento diferente. Es una sensación extraña, como si gracias al libro mi cuerpo fuera más liviano; como si me hubiera quitado un peso de encima.
La recopilación es breve, delicada y muy pensada. Es para aquellos que os gusta leer en voz alta; para los que disfrutáis de las lecturas tranquilas -aunque vivas-. Porque de eso va este libro: de sentirse solo y acompañado; de la ruptura y del amor. Del deseo. De soltar, de dejar ir. De quedar, de aceptar. De muchas cosas diferentes pero iguales a la vez.
“Te miro como quien asiste a un deshielo” solo ha confirmado mis sospechas: Siempre he entendido el desamor como un poema.